jueves, 9 de enero de 2014



Tomé el subte Z:
tres conscientes me hablaron: las ideas, la fantasía, los pensamientos.
Me negué con la mano, qué dicen. yo no soy así.








-s

Muchos habitantes privilegiados publican: ¡Estoy impresionado por qué cara está la verdulería, la yerba mate ! Sofisticadas piezas de sushi cuestan 300 pesos. El arroz es barato.
 ¿la comida de quién es? Cantan ranas desde la pileta de al lado.
El vecino es directo y miedoso, o no saluda o imprime antes su prejuicio.
Debe ser esa la única dirección.

Pero más tarde en el océano: el agua me llega hasta acá, la pera.

El consejero se enoja. Empieza a llamar a todos por su nombre: vos, vos, vos, vos.





jueves, 22 de agosto de 2013

?






Cuál es tu tierra. Cómo hacemos
para definirla, dónde empieza la mía.
Estoy sentado en un lugar vacío y ya no tengo
más cerveza.   

miércoles, 24 de julio de 2013

Stevenson esencial

La voz de generaciones muertas impulsa
que entorno a mi los vientos se desaten.
La voz suena lo mismo que esos
pájaros,
pero cuando pasamos por ahí
¿qué mano compasiva va a salvarnos?
De la tumba dónde están Kingston y
Ballantine. Cooper de los
bosques pegado a la sonora chimenea.
Como cuando los febriles enfermos
nos agolpábamos con quimeras
en aquella notable ciudad de los
muertos.


-


Canta más claro Musa, o calla.
Sé sincera o no cantes.
En extraño silencio están los árboles
y mis latidos se hacen densos.
-Flotan hacia mi sonidos tenues-
Como el que habiendo errado la
noche entera llega al fin a la alborada.

martes, 25 de junio de 2013




KOMATSU



1.

Al lado de mi ventana era de madrugada
y yo estaba prendido,  me tomaba un whisky y
aunque apenas lo rasante de un auto
una moto o un grupo de niños cantaran el himno
caíste desde el espacio directo al espacio vacío.
No puedo determinar qué forma tenías ni tampoco
detalles que me hayan impactado de tu forma de
explotar contra el piso.
Ahora sólo puedo ver desde la ventana
la cara de un hombre perdido.
Mientras la iglesia avanza en una combi con seis parlantes
atados al techo con alambre
y la misa de los hombres se parezca
cada vez más a la misa de los cuerpos,
porque ese contingente pobre quisiera aparentar ser una casa
con torres y columnas, techos en punta no bastan para
frenar la fiebre del signo del zodiaco enhebrado en esas nubes.

 Yo veo desde la ventana lo que dejaste de esa serpiente de madera
 y puedo reconocer los ojos y la boca
en ese barro
Habrá también minerales y tumulto por  todos lados,
una vez que saquen de acá el coche bomba.


2.

Quién podría ocuparse de un parque
y de un pueblo, a la vez que de un santo y un charco.
Cómo puede convertirse a un regimiento en un cuento para
dormir cabras o cómo influye la vida de un segundo fuerte en el cruce
del Danubio, entre oriente y occidente, con las manos cansadas y
el reflejo agotado, con una voz monótona que sobreviene a pocas ideas
a pocas acciones a pocas razones.
Hay claves para entender tu deseo,
 como planear el robo al supermercado
cuando la fiebre te aburre en la fila hacia las cajas.
Tenemos que vernos reflejados en eso para poder creerlo. 


3.

 Subí por la empinada escalera
hasta la casa de unos recuerdos que no quiero sólo para mi,
que pienso que van a faltarle a alguien que quiero.
Me crucé por la línea de asfalto más ancha del mundo
corriendo,  y aunque levanté la vista al cielo no vi esas
enredaderas que hacían habitable la ciudad, aunque fueran
necesarias tropillas de jardineros inexpertos podándose cada
día su salario con falta de criterio.
No podría juzgar si esa es la solución para nuestros problemas
o si lo que abrió un cráter en el terreno de al lado no fue una gubia
en forma de pala marca Komatsu y esa cara en ruinas no pide 
que alguien le eche una buena tonelada de tinta fresca para despegar
un grabado donde se esconden los hombrecitos que manejan,
y la fuerza de succión es sólo un balde negro de plástico.

miércoles, 22 de mayo de 2013

viernes, 2 de noviembre de 2012

La voluntad de un contorsionista



Es una sala. 
El borde de una mesa.
Las sillas puestas a pensar en algo
que puede o no ser preciso o ser real.
El camino de subida con mi hijo en hombros.

La calle es una casa. El camino de una casa.
El reflejo de una palabra adentro de otra.
La voluntad de un contorsionista. La curva que desliza
entre si los dedos de esa mano, la mano que se
escucha, con sus dedos. En una mano. El detalle
de una taza. Las máscaras de un recinto que son
además el sonido de las campanas. El sueño que
vas a tener toda la noche y el año que es el proceso
de un día. La cima es una cama. El reparo del viento
en la carpa entre intermitencias y continuos recreos.
El tiempo tiene una casa. Tres que son cada uno
afuera de las cercanías.
La madera es un tótem. La piedra es una cripta.
El año parte por si mismo para afrontar un espejo quebrado.
El agua es una grieta.