viernes, 24 de junio de 2011

a puro pánico saltaron al pozo séptico

diez uniformes blancos se llevaron las manos a la boca al escuchar que un helicóptero estaba sembrando de sainetes criollos el barrio de once de la ciudad de buenos aires...






el hospital se hundió entero adentro del rectángulo en el que estaba construido: "fue un lío" dijo miguel angel corso, el jefe de planta que remarcó que al final la situación fue favorable: "el hospital subterraneo resultó bien, la gente se cura antes... el resto... es todo un cuento". El Presidente de la cámara de medicamentos que te levantan de la cama y te ponen en el colectivo, el Ing. Ricardo Vazquez declaró "que a pesar de todo lo que se dice, hundirse en un pozo no está nada mal... te falta un poco el aire pero compensás con el cielo abierto". El nuevo techo del hospital, suelo para el resto de los ciudadanos, fue cambiado por una gruesa plancha de acrílico que le permite a los enfermos ver un poco de lo que pasa en el barrio. "nos sentimos muy bien, hoy te puedo decir... que ya no somos marginales" dijo el representante de los enfermos, un adicto, "pasé una etapa difícil cuando el bicarbonato de sodio, ahora todo bien... me dan lo que necesito y los muchachos están contentos... los ataques cardíacos bajaron proporcionalmente... ¡que són? ¡treinta metros? imaginate...".
Los helicópteros seguirán repartiendo sainetes desde el cielo durante toda la semana, por cuestiones de seguridad se hizo un embolsado rellenado con telgopor, así el golpe en la cabeza se amortigua. Los beneficiados, salvo los automovilistas que se agarraron a piñas... un hombre de ciencuenta años se bajó de su auto alemán y le pegó dos trompadas a un taxista, medio viejo, que parece le dijo que era un pelotudo... nada de otro mundo en el barrio de once... mañana a las cinco de la tarde, un grupo similar a fuerza bruta hará una demostración al aire libre, ya hicieron caso los ciudadanos en guardar a sus perros en las habitaciones... se piensa demoler a patadas un kiosco de diarios... que dicen... lleva cien años... atornillado... al piso.

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