miércoles, 15 de septiembre de 2010

El Soberbio

Puse en el google: “Somos la memoria de este pueblo”.

Escuché en la radio a Antonio Carrizo; le contaba a un amigo uruguayo que una noche, tardísimo, volvían de “farra” él y su hermano. La “viejita” los había esperado despierta, sentada a la mesa de la cocina. Carrizo le pregunta: “¿está bien mamá?”. A lo que la madre responde: “¡qué bien ni bien! ¡vayan a dormir sinvergüenzas!”. Acostados en las camas entonces, su hermano le dice: “¿sabés lo que somos vos y yo, Antonio? Somos la memoria de este pueblo”. El amigo uruguayo a todo responde: “que lindo, que lindo”. En otro momento de la charla, al respecto de uruguayos y argentinos, Carrizo invierte, según encuentro, una definición de Mario Benedetti y le dice a su amigo: “los argentinos somos uruguayos con complejo de superioridad”. En el Foro Racing, página en la que hay que registrarse para poder leer, así que sólo puedo mirar desde afuera, lo que promete el resultado, un comentario dice: “somos uruguayos, somos argentinos ¡pero chilenos no!”

En la página Master News y con el título: Argentinos: ¿narcisistas y pedantes? encuentro la siguiente declaración del columnista: “¿Podría afirmarse que una comunidad, un país, puede tener identidad y sufrir de determinados complejos? Con mis veinte y algo de años, podría decir -sin temor a equivocarme- que nuestra sociedad no hubiese podido sobrevivir de no ser por estos caracteres”.

Un ensayo de W. H. Auden, El pozo de Narciso, del libro La mano del Teñidor publicado por Adriana Hidalgo Editora y traducido por Mariano García y Carlos Gamerro, empieza con una cita de Malcom de Chazal que dice “Un espejo no tiene corazón pero sí muchas ideas”. Auden empieza: “Todo hombre lleva a lo largo de su vida un espejo, único e inseparable como su sombra”. Y propone: “Juego de salón para una tarde de lluvia: imaginar los espejos de los amigos. A tiene uno de cuerpo de entero, dorado y barroco. B, un discreto espejito de mano en un estuche de cuero de chancho con sus iniciales grabadas al dorso. Y cada vez que observamos a C, siempre está arrojando su espejo; pero si hurgamos en su bolsillo o su manga descubrimos otro, como un as escondido”. Dice que “seremos juzgados no por la clase de espejo que usemos sino por el uso que le hayamos dado, por la riposte a nuestro reflejo”. Continúa con que: “Narciso no se enamora de su reflejo porque sea bello sino porque es suyo. Si fuera su belleza la que lo fascina, se vería liberado en unos pocos años, al perderla".

“Después de todo”, suspiró Narciso el jorobado, “a mí me queda bien”.

Auden cita a Nietzche: “El que se desprecia a sí mismo, se valora sin embargo como autocrítico”. Y escribe que: “si un pintor quiere representar los siete Pecados Capitales, su experiencia le proporcionará bastante rápido imágenes simbólicas para La Gula, La Lujuria, La Pereza, La Ira, La Avaricia y La Envidia, ya que todas estas cualidades consisten en la relación de una persona con otras y con el mundo. Pero ninguna experiencia puede suministrar una imagen del Orgullo, ya que la relación que califica es la relación subjetiva de una persona consigo misma. Por lo tanto en el séptimo marco el pintor sólo puede colocar, en lugar de una tela, un espejo”.

En una carta dirigida “Al Pueblo de Chile; A la Juventud Chilena”. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional declara que: “Donde había una bandera, hoy hay un centro comercial. Donde había una historia, hoy hay un puesto de comida rápida. Donde florecía el copihue, hoy hay un páramo. Donde había memoria, hoy hay olvido. En lugar de justicia, limosna. En lugar de Patria, un montón de escombros. En lugar de memoria, inmediatez. En lugar de libertad, una tumba. En lugar de democracia, un spot publicitario. En lugar de realidades, cifras. Ellos, los de arriba, nos dicen: "Éste es el futuro que te prometimos, disfrútalo". Eso nos dicen y mienten. Este futuro se parece demasiado al pasado”.

Hablé hace unos días con un Misionero; le conté que tengo planeado viajar a su provincia el mes que viene y le pregunté que lugares valía la pena visitar. Me dijo que hay un lugar que se llama El Soberbio, al cual él había querido ir varias veces pero nunca había podido llegar. Interpreté: “ah, por eso el nombre El Soberbio, porque es un lugar de difícil acceso”. Me fui sorprendido con este hallazgo que la Wikipedia me desmiente, alguien habría dicho “¡qué soberbio lugar!” Además me encuentro con que se espera "que la finalización del asfalto hacia este atractivo natural impulse el posicionamiento como destino turístico del poblado".

2 comentarios:

carolina dijo...

master de la nota de "saque sus propias conclusiones, lector, con este ramo de pasto de fieras"

miss banfield dijo...

es verdad caro!!

es así, el Estado te pone un tema de Shakira mientras te fumas un porro o te tomás un mate de espaldas a la laguna.

No perdona.