Estaba pensando en el fenómeno mierda. Resulta qué salido de la casa por culpa de un incendio menor el retorcido de L. metió las manos en los bolsillos y suspiró: "qué cosa más linda que es el fuego". Su vecina le dijo que como podía decir una cosa así, "mis hijas están todavía adentro pero por suerte bastante lejos de este humo". Salido de la realidad por medio de un pedazo de pan -asumió la culpa- por una predecible chispa que podía haber terminado de arruinar el sillón que había heredado. Siguieron preguntas de todo tipo "que cuánto había tardado en reaccionar" "que cómo había pensado en tapar un equipo eléctrico con un frazada".
DESPUÉS DEL INCENDIO (2 DÍAS DESPUÉS EN LA GRANJA DE misiones)
L. no tardó en darse cuenta que Lucrecia sólo tenía ojos para los hongos pero no se lamentó hasta el cuarto día.
HABÍAN PEDIDO DE ÉL UN IMPORTANTE ESFUERZO
cuando fueron al local y se encontraron con un hombre loro muerto.
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