miércoles, 8 de junio de 2011

parece que se le torció una rodilla a norman mailer


el día que terminó de escribir el Parque de los Ciervos, después de una larga pelea contra el narrador. ¡Quién sos, un huérfano aristócrata o un perro muerto? -le gritó en la cara a un estante lleno de adornos raros que había ido coleccionando durante algunos años: la cabeza disecada de un soldado alemán, el pulmón de un crítico negativo del New York Times, una rama seca de un cultivo oscuro de marihuana que usó para escribir Los tipos duros no bailan... ahí fue cuando se patinó...

...parece que todavía faltaban treinta años para que la escribiera...

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