estaba charlando con su brazo cuando una enfermera resultó ser, en la cama, como una masa informe de plastilina.
-¡Qué estás descubriendo ahí solo ponecaras?- gritó cuando...
el cristal de la bóveda de la cámara de humo explotó y su mujer se acercó para ver que pasaba: un perro se había comido a Salinger y el dedo de Fante colgaba de las pinzas de un cangrejo.
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