Puse en el google: “hay dos clases de personas, las que tienen orientación y las que tienen memoria”. Esto me dijo un amigo, Francisco, el jueves a la noche. Veníamos de una caminata por el centro y buscábamos un bar donde sentarnos a tomar algo.
Se me acusa del hecho de que no tengo buena orientación geográfica, no de que me pierdo sino de que no se me forma el plano mental de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, tratábamos de recordar el bar donde habíamos caído hace dos semanas, porque se puede fumar adentro y porque habíamos en esa ocasión pergeñado una buena ronda de cervezas. Tuve ese momento de ensoñación, ajusté mi búsqueda y conseguí hacerme la imagen de una librería que está cerca, El club Burton. Se me cruzaron las calles y dije: “Bolivar y Estados Unidos”. Fuimos hacia allá pero Francisco tenía dudas: “Por acá no hay nada” dijo aunque no fue argumento suficiente para que no llegáramos. Al cruzar la puerta tiró esa frase: “hay personas que tienen orientación y otras que tienen memoria” y después dijo “en tu caso es un tema de memoria”. Yo dije: “no se puede tener orientación si no se tiene memoria” sin embargo después me desdije: “la gente que menos memoria tiene debe ser la que tiene más orientación”; en ese momento me pareció una frase coherente. Recordé una entrevista que Lalo Mir le hizo al Chango Spasiuk. Lalo Mir le preguntó si podía contarle que imágenes veía mientras tocaba, además dijo, “bueno, no es que sólo el Chango vea imágenes sino que todos podemos, por lo menos los que se animan”. Spasiuk respondió que sí, que el veía ciertas imágenes, como su infancia y el taller de su padre, sin embargo dijo que su intención era cada vez ver menos cosas, conseguir llevar la mente al blanco, porque así estaba más cerca de ser el sonido.
Se me acusa del hecho de que no tengo buena orientación geográfica, no de que me pierdo sino de que no se me forma el plano mental de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, tratábamos de recordar el bar donde habíamos caído hace dos semanas, porque se puede fumar adentro y porque habíamos en esa ocasión pergeñado una buena ronda de cervezas. Tuve ese momento de ensoñación, ajusté mi búsqueda y conseguí hacerme la imagen de una librería que está cerca, El club Burton. Se me cruzaron las calles y dije: “Bolivar y Estados Unidos”. Fuimos hacia allá pero Francisco tenía dudas: “Por acá no hay nada” dijo aunque no fue argumento suficiente para que no llegáramos. Al cruzar la puerta tiró esa frase: “hay personas que tienen orientación y otras que tienen memoria” y después dijo “en tu caso es un tema de memoria”. Yo dije: “no se puede tener orientación si no se tiene memoria” sin embargo después me desdije: “la gente que menos memoria tiene debe ser la que tiene más orientación”; en ese momento me pareció una frase coherente. Recordé una entrevista que Lalo Mir le hizo al Chango Spasiuk. Lalo Mir le preguntó si podía contarle que imágenes veía mientras tocaba, además dijo, “bueno, no es que sólo el Chango vea imágenes sino que todos podemos, por lo menos los que se animan”. Spasiuk respondió que sí, que el veía ciertas imágenes, como su infancia y el taller de su padre, sin embargo dijo que su intención era cada vez ver menos cosas, conseguir llevar la mente al blanco, porque así estaba más cerca de ser el sonido.
2 comentarios:
yo tampoco tengo orientación, tengo memoria y me encanta el chango spasiuk
luego,
con este relato siento una atracción psicológica!!!
saludos dani!!
hoola noe, ya te voy a agregar en alguna crónica a vos y tus dichos. Gracias por pasar, un abrazo. dani.
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