lunes, 28 de marzo de 2011

howl, allen ginsnberg, el moco trabado, el aullido

Le mandé el siguiente mail a un amigo y me gustaría compartirlo también con ustedes:


me vi una película sobre allen ginsberg, howl se llama, claro, sobre el juicio que le hicieron a ferlinghetti por editar y vender este poema obsceno, una película bastante de mierda aunque lo mejor son las lecturas de James Franco del aullido, las lecturas digo el audio del poema a veces sobre el plano de james franco haciendo de ginsberg y otras veces sobre una animación que no me gustó nada aunque digamos que ayuda a la trama del poema. Que bueno recordar el aullido de ginsberg aunque cueste en general ginsberg, a mi me cuesta bastante la imagen que hoy día tiene eso de la generación beat. Se me dio por escribir un poema que se llama El moco trabado, te mando los primeros momentos...

El moco trabado


Estoy atrás de la ventana de mi casa como

Una tos que se prende de la rama de un árbol y camina a ciegas, tonto

Sobre el borde de un arroyo muerto, barro y denso casco de estancia atado

Al parlante del sonido del mundo, me acuesto en el asfalto y la vereda,

Una roca recta pelea tambaleándose contra otra roca recta en una pelea ideológica por la

que el ídolo deportivo se salva adentro del cuello tenso del bocanegra de rulos

Que se aprieta a su camisa como si en verdad estuviera pidiendo permiso, el siervo

Lleno de rulos que está pagando por su perdón, un ciego muerto y lleno de rulos

Que ama a dios tanto como amó el cuero rasgado de la billetera de su padre.



Tengo que atar con guirnaldas hechas con sacos y pantalones, blusas y vestidos familiares

el camino a los árboles del pantano, a las rías

Del paraná que se abren como un deseo, muerto

En la religión del calor adentro de las botas, el olor de las serpientes, el hilo de pis

Que refresca las picaduras de los mosquitos murciélagos, echando agua por el cuello

De mi campera de cuero ¿Acaso no quiera tener que comer uno de estos animales,

dispararle a un carpincho o soltar la punta del arpón con suerte y colgar a un dorado

kilométrico con la fuerza de mis manos, el clavo que se hunda en la gruesa carne y se

levante con el instinto del colmillo?



Mordido en los dedos por centenares de grillos y ranas, parado de pies sobre la vereda de

mi casa donde antes también se torció un auto borracho,

estoy conmovido por los ornamentos de las casas y porque las apariencias importan, odio el

vía crucis con todo lo que tengo de conciencia igual que lo que

Amo la representación de la vida suplicante.



Contemplo los kilos de hielo derretirse todas las noches en los vasos de fernet,

desenfocando hasta el límite la imagen del viejo volante

Sentado apenas con una pierna cruzada arriba de la otra evitando la imagen del auto torcido,

borracho apenas y concentrado el alcohol en cada inhalación del humo de tabaco,

como en una acción definitiva el registro de un mapa recorrido por bocetos que tantean

el límite del enfoque de la fantasía.



No puedo ser yo también una lata de atún apilada sobre otra en la góndola de las conservas,

mezclado entre caballas y frascos de morrones, avisando sobre el corte que tengo al costado,

el abrelatas igual que el cuchillo afilado y la trituradora,

Quién se va a encargar de limpiar nuestras vísceras, a quién le dejaríamos ese encargo, ¡al

macerador o al dueño del campo de la muerte?

No puedo ser yo también ese hombre lleno de rulos que muere todos los días con el

desgaste físico y mental de los ídolos deportivos, clavando un cuchillo en la carne gruesa de su

televisor de plasma.

1 comentario:

miss banfield dijo...

el Paraná excita la parla, hay que mudarse cerca del Paraná!