para bioy que no me podía acordar del nombre
1. La salida está en el jardín, atrás de la casa de Patricia un televisor está quieto sobre la base de un árbol sin copa, esa es la salida: hay que pasar la pantalla de la tele para entrar y salir del living.
2. Para visitar a Patricia hay que sentarse frente a la pantalla y descansar los dedos. Una vez que estoy atrás de ella puedo descansar las manos cuando me acerco con este sueter grueso que el traspaso materializa arriba de mi remera, las zapatillas podridas también son estas zapatillas con las que me acerco a Patricia. “hola” digo y Patricia me dice “hola amor, tenés que ver esto: es sobre un mundo que parece ser infinito pero la verdad es que está diseñado en forma de un cono espejado que engorda y adelgaza su punto de unión destruyendo y engendrando puntos degenerados que recortan y empujan y hacen ecos sobados”.
3. Esto es lo que pasa, tengo una vida que está moviéndose como mi cabeza: a veces se acelera en un vértice y cuando el vértice se prende fuego entonces la masa se deforma y se redondea pero también parece enmarcarse en ángulos y cuando se abre es que Patricia está conmigo: “¿sabés que podría ser eso de los ecos sobados?” me pregunta y yo le respondo que tengo hambre, y que tengo que tomar una cerveza. “¿Querés que pidamos algo?” me pregunta ella, “si, voy a pedir algo” respondo y camino hasta la cocina.
4. Estoy solo entre la heladera y las alacenas, salgo al jardín y saco medio porro de un paquete de cigarrillos, el gato está recostado sobre la base del árbol sin copa, fumo unas secas mientras me recuesto yo también en la reposera: los verdes son más verdes y los marrones son más claros.
-Para poder ver la luz tengo que volver a cerrar las líneas en mi cabeza y desatar el cerdo que estaba atado a mi espalda-
4. Estoy otra vez en remera y zapatillas podridas frente a vos, estoy escribiendo una historia que no tendría que terminar nunca pero que tendrías que poder sacarte por intermedio de un ritual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario