Una historia muerta sobre K.

Esto es parte de la gracia

No terminar nada

Hago cosas estúpidas

Porque me parece que me están llevando

A vos que no me querés hablar pero yo voy

Con diez milímetros de distancia

1.

Desde hace un tiempo que a K. no le pasa nada. Está esperando que una rata cruce adelante de sus pies y hace ya cuanto tiempo, diez años ya que está reptando muy cerca de una hamaca. La pileta está hundida en el mismo pozo que hace veinte años, la familia tiene como corolario de las salidas al teatro un bar que todavía funciona en un recodo de diagonal norte y las tejas se cambiaron después de la lluvia de granizo de noviembre de 2009. Por ese mismo tiempo cayó en Catamarca una lluvia roja que los académicos identificaron como arena del sahara pero que un investigador independiente describió como materia orgánica provista por una guerra interespacial (pedazos de extraterrestres declaró a la prensa). En política un ex director técnico de equipos de fútbol resultó ser electo jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En una entrevista que le hice a Carlos Bianchi en el 2007 me dijo que el sabía mucho sobre política, todas la veces que le ofrecieron un puesto el desistió porque esa no es la ambición que lo moviliza, esas son sus palabras, Carlos Bianchi dijo que antes muerto porque cuando fue joven pudo ver desde Francia todo el desastre que el Fascismo hacía, la democracia no existe fue lo que me dijo. Pero para eso estuvimos esperando un proceso exitoso y el campeón de España de la temporada 2011 fue la respuesta, los códigos de vestuario estarían en desacuerdo con lo que pasó, pero esos códigos son corruptos como cualquier arteria de comunicación. Lo que nunca transmitió la prensa fueron los manejos violentos del entrenador, que a pesar de ser elegido como uno de los preferidos de los futbolistas, no registró los motivos sicológicos de esas conductas licuadas por el pragmatismo de la extorsión y la fantasía épica que funciona para los cuadros jerárquicos de cualquier agrupación de hombres.

2.

El error de Lola fue que creyó que a pesar de las normas higiénicas de K. ella iba a poder vivir, Lola dejó de vivir en el momento en que K le preguntó si a ella le gustaría besarlo. Lola pensó que K estaba en el efecto de una pepa porque la miró a los ojos y repitió como si fueran palabras lentas una red de significados que como ambiguos rebotaron tardíamente en su cabeza, lo que K había querido decirle era que con lo mucho que se habían mirado un beso era un recordatorio, porque a ella el romance no le duraba más que una semana, el mismo tiempo que le costaba decir todo lo que era y todo lo que no era a un salmón ahumado que como K. se desperezaba más que el resto de las personas.

3.

Pasaron dos años más antes de que K. salió de la carcel, el delito era una fecha que no había tenido palabras ni números, nada había sido comprendido por su familia… si había matado a una persona hace cinco años, ahora el incidente tenía la complejidad de un rezo. Sin embargo las oraciones eran largas u eran en serio tediosas, siglos de optimismo habían revivido en una piel de cerdo que apenas tenía real contacto con sus rodillas ¿qué es lo que había pasado que cortando los pies del suelo no alcanzaba a levantarse al techo, al menos, como prueba de que las cosas andaban bien? … nada había pasado, diez años de esperar y el suelo seguía siendo el mismo.